Heliopsis longipes
Es una hierba perenne endémica de la región de la Sierra Gorda y Sierra de Álvarez, de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí.
La raíz del chilcuague se usa como condimento en salsas, guisos y bebidas alcohólicas por su sabor pungente. En la medicina tradicional se emplea para calmar dolores musculares y de muelas, así como desparasitante, insecticida y fungicida al eliminar los hongos de la piel como los que producen el pie de atleta.
El nombre chilcuague proviene del náhuatl chilmecatl que hace referencia al sabor picoso de la raíz y a su aspecto como de hilos. Podría traducirse como ‘mecate picoso’.
La afinina
La raíz de chilcuague contiene un compuesto químico denominado afinina, que es la alcamida responsable de las propiedades anti-infecciosas, anestésicas y saborizantes de esta raíz milenaria. Este conocimiento tradicional se ha reforzado con el conocimiento científico, ya que existen tesis y decenas de artículos científicos que reconocen el efecto antimicótico[1], bactericida[2], insecticida[3], analgésico[4] y anestésico.
[1] Ramírez-Chávez et al. Actividad fungicida de la afinina y del extracto crudo de raíces de Heliopsis longipes en dos especies de Sclerotium. Agrociencia. 2000. Volumen 34, Número 2. México.
[2] Molina-Torres J. et al. E. Fungistatic and bacteriostatic activities of alkamides from Heliopsis longipes roots: affinin and reduced amides. Agric Food Chem. 2004 Jul 28;52(15):4700-4.
[3] Hernández-Morales et al. Actividad insecticida de Heliopsis longipes A. Gray Blake contra el vector del dengue, Aedes aegypti. Ra Ximhai. 2012 Vol. 8, Número 3. México.
[4] Ortiz M. et al. Antihyperalgesia induced by Heliopsis longipes extract. Proc West Pharmacol c. 2009; 52:75-7.
¿De dónde es el chilcuague?
Raíz Power obtiene productos de chilcuague de campesinos que lo cultivan desde 1990, en localidades del municipio de Xichú, localizado en la Sierra Gorda de Guanajuato. Para cultivar chilcuague se realizan almácigos y trasplante de esquejes. Es una producción natural, sin uso de insecticidas ni fertilizantes. Así, cerca del 95 por ciento del chilcuague aprovechado en Guanajuato es mediante cultivo, lo que ha reducido la presión sobre las poblaciones silvestres.